lunes, junio 05, 2006

El poder o la magia de las palabras


Era yo un niño, más o menos como ahora, pero con 6 o 7 años de edad. Cómo siempre salí corriendo del colegio, ¿para qué esperar más en aquél sitio lejano a la imaginación?, ese día no iba a ir a ver los trenes, pero aún así corría, me alejaba del colegio, de mis amigos, de la gente, de todo, pero no huía de nadie, simplemente quería buscar algo que aún no se si he encontrado, no sé, una persona muy especial me ha hecho ver esta mañana algo fantástico, venía a decir más o menos que vivimos como soñamos: solos.

Las calles estaban saturadas de coches, de señales de tráfico, de semáforos en color verde y en color ámbar y las caras de los conductores estaban todas al rojo vivo, no hacía falta que ni el color del semáforo adquiriese tal tonalidad, todos estaban ya en el rojo, "los necios no se ponen morenos, ni siquiera se quedan blancos, los necios tienen todos la tez roja, hay que intentar evitar el rojo pues es un color reservado a los necios (mirarlos y comprobad)".

Crucé la calle sin mirar, era un inconsciente, bueno no, no seré tan cruel, era un ser superior, tenía la inocencia de lo que era, era un niño, los niños son seres superiores, sin duda es la etapa en la que somos más inteligentes, nuestra virtud como niños es la de poseer la inocencia, esa virtud nos aleja de los necios, gracias a la inocencia evitamos multitud de problemas que están solo en el ámbito de juego de los necios, ¡quiero ser un niño otra vez, no quiero perder la inocencia! bueno dejémoslo, desgraciadamente creo que me he lamentado bastante tarde, así que a lo que vamos, cruce la calle sin mirar, no giré la cabeza para ver si algún coche venía por la calzada, me quedaba poco para contarlo, no debía de haber cruzado la calle sin mirar, estaba en medio de la calzada cuando un hombre que se acercaba en bicicleta dijo: "¡Cuidado!, miré a la izquierda rápidamente gracias a aquella palabra que aquél ángel hizo salir de su boca, miré rápido y vi que al coche le faltaba menos de un segundo para envestirme, reaccioné de forma veloz y salté hacia la acera. La palabra de aquél ángel me salvó la vida. Ese día comprendí la importancia que tienen las palabras, si no hubiera gritado "cuidado", si hubiera dicho cualquier otra palabra, no estaría escribiendo esto hoy… no hubiera visto ningún tren venir desde Australia.

Las palabras, el lenguaje, es en mi opinión la esencia de la inteligencia del ser humano, casi todos los conflictos que hoy en día tenemos, sobre todo los conflictos personales son debidos al incorrecto uso de las palabras, un amigo mío y compañero de mil y una batallas: Alejandro, me enseñó un día que el valor de las palabras reside en saberlas aplicar siempre en su justa medida, cada palabra es única y cada palabra merece el homenaje debido, que no es otro que aplicarla en su correcto sentido. Aquél “cuidado”, aquella palabra gritada me salvó la vida.

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Vengo de leer tu blog... a menudo lo visito por las noches desde el anonimato; y rapto cada una de tus visiones, me apodero del guiño de tu musa, saboreo cada una de tus ideas... y sin permiso las hago mías... y siento un agradable descanso al hacerlo... si sigo así pronto leerte a las puertas de Morfeo se convertirá en un ritual...
Siempre te he dicho que todo hombre debe guardar en su pecho un momento de grandeza, y que no importa cuan fugaz o insignificante sea, pero debe atesorarlo para sí... yo atesoro más de uno... y a menudo, por la noche visito uno de ellos al leer tus palabras... y es que Antonio, No hizo grande a Ulises vivir la Odisea... "sino haber caminado entre hombres como Héctor o Aquiles..."

Alejandro Huertas.

3:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La genialidad una vez más, te ha hecho a ti mismo:único y diferente.
Me ha gustado mucho.
A.Adela R.M

2:53 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Venga pelotero, escribe algo nuevo ya que empezaste con muchas ganas pero...:)

5:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estimado amigo Antonio: Este blog sin duda es la esencia de una forma de vivir y de sentir la vida, la sociedad y nuestro entorno. Qué pena que sólo uno de cada mil vivan tan sentimental y próximamente la vida, la realidad. Y esa no tiene pinta de ser otra que estamos rodeados de necios, y que muchas veces uno mismo cae en esa tentación, porque caemos, y es ahí donde estamos imbuidos en una batalla absurda e inhumana, falta de sensibilidad, falta de amor, en una palabra.

Eso es lo que nos falta. Ojalá siga percibiendo el amor que de tu aura se desprende con cada gesto o expresión. Ojalá, igualmente en la distancia, la siga percibiendo de nuestro amigo Carlos, una gran persona donde las haya. Y ojalá seamos también los necios capaces de vez en cuando de abrir nuestro corazón a esa bondad, a la cercanía, a la personalidad contra la impersonalidad y la indiferencia, al amor en una palabra al que tenemos enfrete. Me gusta incluirme en aquéllos subgrupos sociales porque muchas veces tengo que tratar con ellos y me confundo en esa heterogénea mezcla que se forma, pero no hay más remedio, ¿no crees?

Joaquín Carbonell Correa.

5:25 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Nice colors. Keep up the good work. thnx!
»

1:33 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hmm I love the idea behind this website, very unique.
»

6:15 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Super color scheme, I like it! Good job. Go on.
»

9:00 a. m.  
Blogger Albiac said...

Amigo, habilita la palabra esa rara en tus opciones o te comerán los spam.

1:36 a. m.  

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